La pareja divina

Una dualidad, un camino hemos de seguir en donde las veredas nos lleven a nuestro camino florido(1), en donde tengamos un rostro, en donde los conejos(2) no llenen de ira nuestros corazones. Con sacrificio pido para trascendemos en una pareja divina, aquella que no se desmiembra a travez de esta rueda de vida y muerte. Aquella que perdura entre las mariposas (3)... una pareja divina con un solo rostro, con un solo corazón, formando una dualidad eterna.
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Una dualidad para conmemorar a nuestra escencia, para llenar el hueco que hay en nuestros pechos, para recuperar el espejo(4) que nos pertenece; una pareja divina... tu y yo... aquella que sonria al atardecer y se encienda con el amanecer, aquella que relate y cante la dicha del amor.

Ehecacoatl

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